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miércoles, 29 de febrero de 2012

Tiempo & Espacio

Sueño con tus Ojos,
Mirada eterna que Adoro.

  Tiempo que se funde con mi Alma,
Alma que reclama tu Presencia,
Presencia que embriaga mi Mente.

   Espacio que fluye por mis Manos,
Dedos que se unen a los Tuyos,
Caricias en la Noche,
Noche Magica.

Poemas I

Atraviesa mi Conciencia,
Ruge bajo mis Pies,
Rompe mis Ideas,
Inunda mis Pensamientos,
Acaricia mi Sensibilidad,
Riega mi Pasion,
Completa mi Experiencia.
     Atrapa mis Manos,
Encarcela mi Alma,
Prision que me da Vida,
Vida Mortal.

Poesia Intimista

Hoy soy feliz,
hoy es una Vida,
Hoy estoy Contigo,
Hoy es Eterno,
Hoy es Tu y Yo,
Mañana me despertare,
Mañana no Sobrevivire,
Mañana estare Muerto,
Mañana no tendra Sentido.

viernes, 17 de febrero de 2012

Historia de 2 Historias

Génesis de una Trilogía

Amen 



¥                                  À                         Y

“Cada Cual es para Sí el más Lejano” F.Nietzsche


Siempre igual. Al término de cada reunión acudíamos a tomar un café. Sin embargo, esa noche como había finalizado algo tarde decidimos no acudir a nuestra rutinaria cita con la excitante y amarga bebida. Lo raro es que Ricardo no insistiera demasiado en el tema central de aquella noche, simplemente dijo adiós y con un ademán se despidió del grupo. Los demás hicimos lo mismo.
“Dios, que tediosas se están volviendo estas reuniones. Cada vez nos centramos en temas más superficiales y triviales. No nos damos cuenta de que nuestras metas se alejan progresivamente hacia un plano más social y dependiente de perfiles totalmente normalizados. Por la Virgen Santísima, ¿Qué nos está sucediendo?, ¿ Qué me está sucediendo?.  Nunca creí que diría esto, pero es cierto, muy cierto. Tanto como que ya no hay chispa en nuestros rostros”. El club lo componíamos cuatro miembros, todos con unas aficiones afines que no idénticas.
            La noche era negra y estaba envuelta en una espesa capa de niebla que difuminaba los contornos de las personas, el paseo era tenebroso y lúgubre. La humedad horadaba la piel y se filtraba por los huesos, la tierra rezumaba humedad y las hojas servían de toboganes a las pequeñas gotas de agua que se acumulaban en ellas. Caminaba lenta pero de forma segura. Con mi paraguas plegable en la mano derecha.
Observaba en todas direcciones, aunque mi vista abarcaba un radio reducido. De pronto, unos ladridos a unos metros a mi izquierda me sobresaltaron. El corazón se me contrajo en un puño y el pulso se aceleró en dos segundos poniéndome la piel de gallina. De mi boca salió un breve pero intenso grito ahogado por la punzada de dolor del corazón.  Presioné el mango del paraguas en actitud de defensa y giré la cabeza hacia el origen del sonido, pero el dueño ya había ordenado al chucho que se detuviera y en aquel preciso instante lo ataba a una cadena, al tiempo que le acariciaba la cabeza.
-        ¿Te encuentras bien?. Es algo impulsivo, lo siento. Quieto Thor.
-        La verdad es que no sé como la gente no educa mejor a sus perros, cualquier día de estos me matan de un susto.
Todo esto lo dije sin tan siquiera fijarme en el dueño del maldito chucho, hasta que se acercó a mí y pude observa con claridad su rostro.
-        Siento lo sucedido, pero lo cierto es que no es para tanto. Aclaró el joven.
-         Ya, es que hoy no he tenido un buen día y la noche fue peor.
Ante esta sucinta explicación mi interlocutor se encogió de hombros, soltó a Thor y le ordenó dar un paseo.
-        Tranquilo, no volverá en media hora por lo menos. Así que estas de mal humor. Afirmó.
-        Sí, pero no creo que te importe demasiado.
-        Vale hombre, ya veo que además de no tener un buen día, la educación brilla por su ausencia en ti.
-         Perdona, lo siento. Me hace falta hablar con alguien, pero me cuesta entablar una conversación con alguien extraño, de quien no sé ni su nombre.
-        Me llamo Alberto, y estudio en esta bella ciudad, ¿Qué estudio?, Filosofía. Ya me conoces y sabes qué estudio, y tu ¿Quién eres?. ¿El típico estudiante gruñón de la facultad de Matemáticas?.
-        La verdad es que no soy un gruñón y mucho menos estudiante de Matemáticas. Me llamo Lorenzo y estudio Políticas, ¿Es que acaso me ves cara de ciencias?, o sea, ¿Mente cuadriculada?.
-        Jajajajajaja ! ! ! ! !. ¿ Los de ciencias son mentes cuadriculadas?.
-        Más o menos.
-        Me caes bien. ¿Vives lejos de aquí?
-        No. En la residencia “Monte da Condesa”.
-        Aaah.
-        ¿Pasa algo?
-        El típico pijito, hijo de papá y de mamá, que es guay, vive en una residencia donde todo y todos son felices, comen perdices, tienen dinero y sacan unas notas que te cagas.
-        A ver si te aclaro un par de cosas. ¿Conoces esa residencia? Por lo que dices en absoluto. No soy un pijo.  Segundo, mis padres están separados. 
-        Más bien tengo poco dinero y mis notas son deprimentes, aunque también es cierto que no tengo nada suspenso de cursos anteriores, estudio lo justo y aprendo mucho más que simplemente a sacar buenas notas en un examen. ¿Por qué tengo la sensación de que me estas juzgando desde que empezamos a hablar?.
-        Quizás, porque es lo que estoy haciendo.
-        ¿Y por qué lo haces?, ¿Es una manía tuya?, ¿O es que tu papi es espía del CESID?.
-        No es una manía, en cuanto a sí mi papi trabaja en el CESID, lo cierto es que no lo sé. De hecho no sé quien es mi papi.
-        Perdona si me he metido en algún tema personal o privado.
-        No te pongas serio que me das miedo. Además tu no sabías nada y soy yo el que te esta pinchando.
-        También es cierto, jejejeje.
-        Eso está mejor. Es difícil encontrar una persona que te ofrezca una conversación sencilla y agradable al mismo tiempo, sin la tensión de tener que demostrar quien es más culto o quien se memoriza el mayor número de capitales de Europa del Este, ¿no piensas igual?.
-        La verdad es que estoy atravesando una crisis de Identidad desde que comenzó el curso y no estoy para digresiones de ningún tipo, lo siento. Creo que mi poder de crítica está por los suelos (suspiré profundamente).
-        Ahora soy yo el que te pide disculpas si te he molestado en algún momento. ¿Prefieres estar solo?.
-        Claro. . . que no.
-        Vaya, ahí viene Thor. Y ya son las doce, será mejor que me vaya.
-        ¿ No te gustaría seguir esta conversación otro día?.
-        ¿Qué conversación?. Por mi parte esta conversación acaba de terminar ahora mismo.
-        Pues entonces nada.
-        Pero si quieres, yo este fin de semana me quedo. Puedes venir a mi piso, te invito a tomar algo y a charlar un rato.
-        De acuerdo, ¿Dónde está tu piso?.
-        Plaza roja, número 3, 2º derecha. El sábado a las 15:15 PM. No me gusta la gente impuntual.
-        A mí tampoco.
Me agaché para atarme un zapato y cuando me reincorporé ya no estaba ni él ni su chucho. Era martes, y el jueves tenía un examen, no muy importante pero sí lo suficiente. Estudiaría y eso me mantendría ocupado. No parecía mal tipo.
Por una extraña y peculiar razón que no quería descubrir, por lo menos no ahora, el miércoles fue un día bastante agradable, estudié algo por la mañana y después de las clases estudié de nuevo, me sentía animado. Por la noche la cena con Manuel se ciñó a temas propios del examen del día siguiente.
Manuel era mi mejor amigo, también estudiaba políticas y era un coquito, era cofundador (junto a mí) de la pequeña asociación que presidíamos y de la que hablaré un poco más adelante.
-        Te veo con una actitud muy buena para el examen de mañana, ¿estas enamorado?.
-        Claro que no, bueno de ti, pero ya lo sabes.
-        Ya.
-        No sé, me he levantado de buen humor, conoces de sobra mi inestabilidad emocional.
-        Sí.


El examen fue difícil, pero salí bastante contento. Manuel se fue al día siguiente, después de las dos únicas horas que teníamos los viernes. Eran las 18:48 PM y la tarde se hacía eterna. Dios mío. Pensé en acudir al paseo, para ver si me encontraba con el chucho repugnante y aprovechar para invitar a su dueño a acompañarme al cine, aunque no hubiera nada interesante en las carteleras. Me conformaría con charlar otra vez con él un rato.  Pero decidí no ir y me puse a estudiar Derecho Administrativo. Aquello era increíble, estudiando un viernes y sin ningún examen a la vista, y lo más importante de buen grado.
Eran las 21:09 PM y las neuronas de mi cerebro estaban echando humo. Me aparté del libro y de las anotaciones que había hecho en los márgenes del texto. Me tumbé en la cama con los brazos en cruz y las piernas colgando a la altura de las rodillas, estaba agotado. Intenté relajarme para descongestionar mi cerebro al tiempo que asimilaba todo lo que había estudiado.
A los diez minutos me quedé dormido, era uno de esos sueños que están muy próximos a la realidad, un mundo que oscila entre una realidad aparente y otra deseada. Una versión que subyacía a flor de piel, y que en mi caso, si me despertaban se deshacía y desaparecía para siempre, era un estado en el que  nunca me acordaba  de lo que sucedía en mi mente, en quien estaba pensando. . . nada.