Terror

Recorría con los dedos la sabana, en medio de la oscuridad, en el silencio perturbador que ofrecían las horas donde los trasnochadores buscan conversación con las farolas y con las aceras abordadas por vehículos mal estacionados. La ausencia de un cuerpo recientemente conocido le resulto extraño. La lluvia arreciaba y los relámpagos resplandecían agrietando la noche en multitud de pedazos. Se revolvió varias veces en la cama y finalmente se sentó sobre el colchón, con los pies  colgando y las llemas de los dedos rozando la alfombra. Era una sensación placentera y relajante. Se puso de pie y caminó a oscuras hasta la cocina, atravesó la sala y ya en la cocina un nuevo relámpago ilumino su apartamento, sombras furtivas aparecieron y se esfumaron con la misma prontitud, abrió la nevera y agarro un brick con zumo de piña, lo abrió y bebió un largo trago, busco en la mesa y encontró una cajetilla de tabaco con tres cigarrillos, se llevo uno a la boca y lo encendió. La lluvia golpeaba las ventanas, se estremeció y al mismo tiempo sus labios se curvaron hacia arriba. Siguió fumando y bebiendo. Cuando acabo, fue a la habitación y se vistió. Ropa para hacer deporte, cómoda y ligera, una pequeña mochila y unas gafas, antes de ocultar sus ojos verdes oscuros, un ligero brillo los ilumino, un resplandor y dos décimas de segundo después, había desaparecido, una especie de siseo precedió a la desaparición y un flash posterior dejo un olor a sulfuro. Ya no estaba allí. Pero donde estaba y lo mas importante en que momento?. El reloj se había detenido y la lluvia ya no era lluvia, era ceniza, la ciudad había quedado totalmente absorbida por la noche, la electricidad se había fugado, todo quedo enmudecido y de repente la ciudad desapareció, una ligera brisa se llevo consigo los edificios como si fueran de arena, la brisa cobro fuerza y el viento helado termino de arrebatar la vida a todo el que había sobrevivido.

Se despertó en una autopista, sentado en un protector metálico, el sol estaba en lo mas alto de la bóveda celestial, se froto los ojos. Observo a su alrededor y allí estaba, caminando. Surgió como una sombra y le rozo ligeramente el hombro derecho. Todo se desvaneció alrededor de ambos y el dolor se fundió con un placer indescriptible, carne y hueso separados y arrancados por uñas rotas. Desgarro de piel. Dientes que horadan la piel, sangre que emerge y desborda los limites de la realidad personal para desembocar en un punto universal. Esta en plenitud de una energía que no es energía, que absorbe lo que le rodea. Se mueve de ciudad en ciudad, deja tras de si el mas absoluto abandono de energía y vida, desolación y muerte. Pero eso le atormenta, a veces la depresión se apodera de su animo y solo ser mas cruel lo rescata de ese hundimiento moral. Recuerda cuando tenía 6 años a los hijos de sus vecinos, los despellejo y antes de que murieran, les arranco los ojos, se comió los del mas pequeño. . . .