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domingo, 4 de marzo de 2012

Historia de 2 Historias II


Todo se quedaba en blanco y durante unos segundos la desorientación era total y absoluta, a veces no sabía dónde estaba y la desesperación se apoderaba de mí. Por fortuna solo duraba eso, unos segundos. . . §Era demasiado tarde, frené en seco. Durante diez minutos había estado corriendo detrás de una sombra, de alguien que parecía ser un pensamiento hecho realidad, y durante ese tiempo parecía estar flotando en una nube. Pero al final mi cuerpo dijo basta.
Y me detuve, con la respiración entrecortada, los pulmones ardiendo de dolor, sufriendo. Levanté la cabeza y la figura se desvanecía en la distancia, en medio de un mar de gente. Me senté en un banco que estaba a unos pocos metros, a la entrada del Paseo. Volvía a respirar con calma. Me reincorporé y me dirigí a la residencia. La noche vencía a una tarde calurosa, con un sol de tormenta que pronosticaba una madrugada con temporal. Caminaba despacio, paseando y degustando el camino de tierra por el que transitaba.
-        ¿Me buscabas?.
No reaccioné en un primer momento. Pensé que era mi imaginación que me jugaba una mala pasada.
-        ¿Me ignoras?, ¿O estas en la Luna?.
Levanté la cabeza, a unos metros de mí se encontraba . . .
-        Por fin, ¿Qué quieres de mí?, ¿Por qué me seguías con tanto empeño?. ¿Acaso tienes algún interés especial o solo es curiosidad?.

Las palabras se atascaban en mi boca y la lengua parecía estar dormida, torpe en su elocuencia.
-        Veras, creí que eras otra persona.
-        ¿Así que no era a mí a quien buscabas?.
Dudé y la duda salió disparada como una bala de mis ojos a los suyos que comprendieron mi estado de ánimo.
-        Sí. Eres tú, te buscaba a ti. ¿Té molesta que te haya seguido?.
-        No, pero me gustaría saber por qué.
De nuevo la duda y la incertidumbre, y sobre todo la inseguridad ante lo inesperado.
-        ¿Crees que voy a hacer algo que te perjudique físicamente?. . .
Me desperté a las 00:06 PM. Estaba como nuevo aunque algo entumecido, bajé a la sala principal de la residencia y compré una palmera de chocolate y un Kas de manzana.
Me senté en uno de los sillones destinados a leer la prensa y me tomé mi nutritivo alimento con calma.  No se veía a nadie alrededor, estábamos en noviembre y a esas alturas de curso casi nadie se quedaba los fines de semana, la gente se iba en manadas los viernes. Algunos se llevaban las mochilas a clase y después ni siquiera pasaban por la residencia, se iban directamente a la estación de tren o de autobús.

En recepción estaba Fernando, a quien acababan de trasladar hacía un mes y medio desde la facultad de Químicas, me caía bien por lo que decidí ir junto a él cuando acabé de comer.
-        Buenas. ¿Cómo se presenta la noche?.
-        Tranquila. Solo algunos pardillos se quedan este fin de semana.
-        ¿Me estas llamando pardillo?. Creí que tenías mejor opinión de mí, gracias.
-        No me refería a ti, ¿Cómo es que te has quedado?. ¿No te quieren ver en casa?.
-        Más o menos. Que va, lo cierto es que me apetecía, además tengo que estudiar algo.
-        Sabes en que mes estamos, ¿verdad?. En noviembre, a mediados, nunca cogiste un libro por estas fechas. Tú estas enfermo, ¿tienes fiebre o algo parecido?.
-        Joder, ¿tan raro te parece que estudie?.
-        Jajaja, estas enamorado. Que colorado te pones.
-        No digas estupideces. Sabes que solo me quiero a mí mismo.



§ En la mayoría de las ocasiones los puntos suspensivos indican un salto en el tiempo.

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